Todos conocemos la leyenda del Yeti, ese monstruo legendario, de aspecto fiero, cabello blanco y que mide más que una montaña. Durante años se han hecho distintas especulaciones y representaciones del mismo: películas, dibujos, libros, supuestas fotografías... Existen cientos de testimonios de personas que aseguran haberlo visto en alguna ocasión. Y es que el Yeti es muchas cosas, pero lo que nunca nos hubiéramos podido imaginar es que se iba a convertir en el juego en flash más popular de los últimos años.

Todo empezó con una versión andina del béisbol...con un bate bastante rústico y con pingüinos en vez de pelotas. Consistía en mandar al pingüino lo más lejos posibles de un batazo. La precisión de los lanzamientos y la necesidad que adquirir algo de técnica ( hay que pillarle el truco para llegar lejos) lo convertían en altamente adictivo.