Para ello, a veces sobra con una pequeña reflexión, pero tampoco deberás pensar que vas a resolver todas las páginas sin dificultad porque estás cometiendo un grave error. Los acertijos pueden traernos recuerdos de la niñez. Parecen recuerdos de "la abuela", esos tiernos recuerdos que te llevan a horas y horas en las que no sabían que hacer contigo y para entretenerte te hacían pensar con aquel "oro parece, plata no es". Pero en estas páginas podrás descubrir que no son tan solo un juego de niños y que según el nivel puede llegar a ser muy alto. Tendrás que detenerte en algunos de ellos, estrujarte el coco e incluso, en algunas ocasiones, acudir a las soluciones; ¿te atreves?.