Mezcla de pasión e ingenuidad, la música del alma, el Soul, hunde sus raíces en los campos de algodón de Estados Unidos.
En 1619 llegaron los primeros esclavos africanos al estado norteamericano de Virginia. Desarraigados de su tierra natal, catalogados como seres infrahumanos y hacinados, comenzaron a cantar de sol a sol para mitigar su miseria. Estas canciones preñadas de espíritu africano ocultaban muchas veces mensajes secretos. Esta espiritualidad se fue cristianizando con el paso del tiempo dando lugar en las primeras décadas del siglo XX a la música Gospel que se interpretaba en las iglesias acompañada de un piano. |