En los años 50, estos caramelos ya eran algo habitual en los hogares de los EEUU, y más aun con la incursión en la televisión en el año 1954, cuando nace el famoso slogan “el chocolate que se derrite en tu boca no en tú mano”. En 1960 se introducen 3 colores además del clásico marrón, son el amarillo, verde y rojo. En el 76 se añade el naranja y el rojo es eliminado por una polémica que se levanta en el país respecto a cierto colorante que era perjudicial y se encontraba en algunos productos.
En 1981 son elegidos por los astronautas del primer transbordador espacial para que estén entre sus alimentos para los viajes. Por esta razón se encuentran expuestos de forma permanente en el Museo Nacional del Aire y el Espacio en la capital de los EEUU.
En 1987 el color rojo vuelve a formar parte de los caramelos debido a la gran aclamación popular. Y durante esta década se extienden los M&M’S por otros países, especialmente de Europa.
Con los caramelos posicionados en gran parte del mundo, llegan novedades en los años 90 con la inclusión de nuevos sabores. Además en el año 95 la marca realiza una campaña a nivel de marketing de dimensiones impresionantes, al solicitar a los consumidores que realicen una votación para elegir un nuevo color que se añadirá a la gama de los ya existentes. Un año después las campañas de M&M’S llegan al número 1 de las diferentes campañas publicitarias consideradas por el USA Today. Según los rankings, los M&M’S ganan en popularidad a Micky Mouse o a Bart Simpson.
Con la llegada del nuevo milenio y aprovechando las iniciales de los caramelos y la representación del 2000 en el sistema de numeración romano se proclamaron a los M&M’S como los caramelos oficiales del nuevo milenio.
Más de medio siglo de vida para estos pequeños caramelos de chocolate que son conocidos en medio mundo e incluso han llegado hasta el espacio. Además son el más claro ejemplo de una de las técnicas publicitarias más conocidas, el denominado product placement, es decir, la colocación de un producto en una película, en el que se reconoce la marca, pero no se publicita en ningún momento. Esta anécdota sucede en la película de Steven Spielberg, ET, cuando el protagonista humano, Elliot, deja un rastro de estos caramelos para que el pequeño extraterrestre le siga. De esta forma, esta marca de caramelos se convirtió en una de las pioneras en utilizar este tipo de publicidad.
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